PVC, tuberías y soldadura plástica
El PVC es uno de los termoplásticos –compatibles con la soldadura plástica– más utilizados en la industria. A pesar de tener una gran variedad de aplicaciones, una de las más recurrentes es su utilización en sistemas de drenaje, agua potable o protección de cables. Este presenta una gran cantidad de ventajas sobre su competencia (tuberías metálicas). Conozcamos algunas de las ventajas de este versátil material.
Ligero, resistente y confiable
La primera gran ventaja viene en el peso, ya que se pueden generar tuberías mucho más largas que las de metal sin tener que utilizar coples entre ellas. Además, es mucho más fácil de trasladar hasta los sitios de construcción y se puede llevar más material en cada transporte. Por último, al no ser tan pesadas como las tuberías metálicas, no agregan peso sobre la construcción y las estructuras.
Otra gran ventaja de su resistencia química, a diferencia de las tuberías metálicas, esta resiste mucho más su exposición a agentes corrosivos. Cuando las tuberías metálicas pierden sus recubrimientos, pueden comenzar a formar óxido y contaminar los líquidos que transportan.
Finalmente, tenemos su versatilidad: es mucho más fácil de cortar que las tuberías metálicas, por lo que los diseños pueden adecuarse mucho mejor a las necesidades de cada construcción.
¿Cómo fabricar sistemas de tubería de PVC?
Cuando trabajamos con tuberías de PVC, podemos utilizar una de dos técnicas de soldadura plástica: la primera es la soldadura a tope y la segunda es la electrofusión.
La soldadora a tope utiliza una serie de placas metálicas para calentar los extremos de las tuberías. Ambos extremos de una tubería se presionan contra la placa caliente hasta que están listas para fundirse. Después, se separa la placa y, finalmente, se agrega a presión constante hasta que la unión se enfría. Tanto el proceso de calentamiento como la presión aplicada pueden controlarse a gran detalle gracias a los sistemas de control hidráulicos y eléctricos de estos equipos.
Luego tenemos la técnica de electrofusión, que utiliza una serie de coples con sistemas internos de resistencias eléctricas (que pueden ser metálicas o de polímeros conductivos). Aquí, se colocan ambos tramos de tubería en el cople especial, al cual se le agregan dos electrodos por los cuales pasará corriente. La temperatura de la operación es completamente monitorizada por la caja de control del equipo. Gracias a que el calor se aplica de una forma electrónica, es posible guardar ajustes predeterminados para cada tipo de material dentro de los centros de control. Incluso, algunos equipos cuentan con un lector de código de barras esto para identificar cada material y sus características térmicas.
En Soldaplas contamos con una gran selección de equipos para todas tus necesidades de soldadura plástica.